lunes, 5 de mayo de 2008

ad Infinitum

El infinito en el universo Borgeano es un elemento básico pero inevitable, como el paso del tiempo y sus números infinitos.


Lo infinito, en la obra de Borges, se ve sobre círculos, sobre monedas, columnas, todas figuras como cintos de Möbius, u objetos sin puntos fijos de partida o de fin.


En sus cuentos, tomando por ejemplo "El Aleph"; "El Zahir"; "El Libro de Arena"; y "Ficciones", todos tienen un personaje, que se denomenaría intelectual, o por lo menos apasionado por la metafísica, la matemática y el infinito sobre todo, quienes pierden el sentido del tiempo, del día o de la noche, y cuando finalmente se encuentran con el infinito: o el mundo se cambia, o se achican ante él, teniéndole miedo al poder, a la infinitud, a la libertad de la cadena eterna de vida y muerte, como podemos darnos cuenta en "La Escritura del Dios", cuando el mago Tzinacán prefiere morir con el secreto del poder ante la oportunidad de ser el todo poderoso.


Lo que no termina tampoco tiene comienzo, y para Borges la literatura no tiene ni comienzo ni fin, porque cada literatura te lleva a otra, sea a aprender más, a seguir un relato dentro de otro, como "El Zahir" dentro de "El Aleph", y así se crea el hipertexto, ad infinitum.